Rumbo a La Costa de los Incesables Lamentos

Todo fue brusco movimiento, ondeante y estrepitoso. El refugio donde ella se encontraba era lo suficientemente fuerte y hermetico como para protegerla del agua, el barco había caído. Gritos se escuchaban, gritos de auxilio, llantos y desesperación.

Con el tiempo el bamboleo de barril en el que se escondía cesó por completo, regresó la paz en la oscuridad, aliviada cerró sus ojos un segundo y escuchó como alguien abría su refugio. Se trataba de Aethelwulf. Ella lo observó con mirada llena de terror, el Nórdico colocó el contenedor en la sombra y se marchó, regresando al poco tiempo, sacándola de ahí para llevarla junto con Elysian, quien seguía de cerca al chico, al bosque. Smarahdova estába agotada por lo que se dejó llevar por el mercenario.

Al poco tiempo llegaron a un claro, donde se encontraron con Erfin yaciendo sentado frente al lago, él se entusiasmó al verlos a salvo. Se asentaron ahí. Aethelwulf se alejó de todos un momento y se puso a charlar con la vampireza. La murciélago se enfureció cuando éste le llamó con un diminutivo de su nombre a lo que ella respondió: -"Mis padres se partieron el cerebro para ponerme de nombre Smarahdova y tú diciendome Smarah?! USH Humanos!" - con mucha furia en sus orgullosas palabras. El Nórdico le explicó que el nombre "Smarahdova" era demasiado largo, el diminutivo es por simple practicidad. Terminado de explicarse observó que la mirada de la quiróptera reflejaba hambre, le ofreció su sangre y ella la tomó de una pequeña herida que él mismo se infligió, el instinto la inundó al grado de sobrepasarse un poco haciendo que Wulf la apartara. -"Gracias...." - dijo mientras era colocada en una gran hoja lo suficientmente resistente como para soportar el peso de la criaturita.

El humano volteó a ver a la Doncella que apenas despertaba de su breve sueño, ella sólo volteó la mirada, pasado esto refunfuñó y se acercó a Erfin quien le había pedido un momento, le  explicó que con ayuda de sus inventos podría comenzar la busqueda de Yantar y Shea por los límites de la playa, no podrían estar muy lejos. Wulf asintió. Una curiosa máquina de tamaño considerable cuadrada con patas como de araña se reveló cuando él picó un botón de una pequeña cajita dorada que poseía. Qué brujería era esa!?

Mientras los dos hombres charlaban la Doncella practicaba con su magia curativa. La murciélago hizo unos ruidos, símbolo de llamado a Wulf a lo que Erfin expresó -"Te llama tu mascota... yo iré a buscar a los chicos" -expresó y así ambos, el Demo-Gato y su invento, comenzaron la búsqueda.

-"Mascota... puff te has visto en un espejo, saco de pulgas?" -refunfuñó con voz baja al momento que revoloteaba un poco para estirar sus alas. El mercenario se recostó y descansó un momento. Pasadas unas horas, la noche cayó en la isla. De los arbustos apareció la arachmáquina con Shea dentro de una esfera, siguiéndolo de cerca el híbrido-demonio caminaba con orgullo, tras él apareció una máquina de mayor tamaño que al igual que la pequeña poseía patas sobre la cual el lagartijo yacía inconsciente con algunas de las pertenencias de los chicos del grupo. Elysian se asombró por los maravillosos artefactos que traían a sus compañeros, la chica utilizó sus poderes curativos en Yantar y en Shea, sólo necesitaban descansar, terminado eso la Doncella se alejó de todos, observó de manera seria al mercenario y volvío a sentarse bajo un árbol contemplando las estrellas.

El Nórdico no le tomó mucha importancia a la actitud de Elysian, el grupo estaba reunido nuevamente y eso era lo que importaba, charló con Erfin un momento quien estaba alimentándose de frutas frescas. La Doncella le hizo una seña al "Minino" de que iría a merodear por el bosque y se fue. Así el Demo-Gato se acurrucó frente al fuego que Wulf había encendido previamente, el mercenario le preguntó al chico que en dónde se encontraba la Elemental, le señaló la dirección que tomó y bostezó mientras cerraba sus ojos para dormir un rato.

Furioso Aethelwulf estuvo a punto de meterse en el bosque cuando Smarah se interpuso -"Déjame ir contigo... Esta isla puede ser peligrosa en la noche..." -expresó revoloteando, a lo que el guerrero se negó explicando que sería de más ayuda si se quedaba ahí cuidando de los chicos. Puso cara de inconforme y se posó sobre la túnica del lagartijo, mientras el chico se perdía en el bosque. -"Ahora debo ser niñera? Qué tanto más debo sorportar para destruir a ése maldito dragón?! Yo? Smarahdova Temrich cuidando de seres extraños?" - preguntó al aire mientras volaba para posarse a un lado del Hada. -"Su energía está disminuyendo... quizás la luz la ayude..."-continuó mientras la arrastraba a unas hojas cerca al fuego para que la luz de éste la ayudara un poco. La murciélago lanzó un chillido por la luz intensa del fuego y despegó hasta dónde Yantar se encontraba, más oscuridad significaba más poder para ella. Esperó a que sus compañeros volvieran.

Todo sucedió muy rápido, el día llegó y nadie regresó, ella se encontraba dormida en la túnica del niño lagarto, sintió un leve movimiento cuando éste se levantó y comenzó a caminar pero no la alertó mucho. Pasó la mañana y seguían caminando. Después un terrible sonido, gritos y sobresaltos se pudieron escuchar. Smarahdova decidió asomarse y vio con sus pequeños ojos esmeralda a un motón de posibles presas... digo... nativos salvajes del lugar.

Erfin, Shea y Yantar no hicieron resistencia para no ser atacados y asesinados ahí mismo así que caminaron hasta la aldea. Todos fueron inspeccionados de arriba a abajo. Sacaron a la murciélago del bolsillo del Lacertian y ella se defendió mordiendo los dedos de la mano del nativo que la sostenía. Éste la soltó y ella se transformó frente a todos, dispuesta a atacarlos. A lo que Yantar con advertencia le dijo que no hiciera algo que los condenara a todos, que mejor se quedara tranquila hasta saber qué era lo que querían porque si no quisieran algo de ellos, ya los habrían asesinado, no tomado como prisioneros. El chico escamoso tenía razón, así la chica se reunió con sus compañeros. Los 5 chicos fueron llevados hasta una gran choza de la cual Elysian salió, expresando ser la jefa de la tribu, Aethelwulf perdió la calma y se puso a decir cosas como todo Nórdico enojado. Smarahdova le ordenó calmarse pero éste le respondió aun peor.

Wulf fue lanzado a una foza con gorilas hambrientos y así reveló su naturaleza de Hombre-Lobo, una bestia maldita devora corazones. Smarah sintió un fuerte deseo de asesinarlo en cuanto lo vio, pero algo la detenía. El mercenario se deshizo de todos los gorilas, uno por uno fueron devorados sin piedad, observó hacia arriba donde todos miraban con terror, gruñó, se agitó, aulló, estaba desesperado por salir de ese hoyo por lo que comenzó a escalarlo con facilidad. La vampireza se transformó en una gran ola de sombras consumiendo al que hace unos minutos era un chico común, haciéndolo caer nuevamente a la foza. Se apartó de las sombras gruñendo.

-"Eres un perrito malo, Wulf..."- expresó la chica tomando su forma original a unos cuantos metros del Nórdico, se encontraban viendo directamente. Estrepitoso el chico arrancó contra ella, lanzando un zarpazo fuerte, llegando a rasguñarla, destrozando parte de la vestimenta de su abdomen, infligiendo una herida en esa zona. -"Bestia Sarnosa!" -gritó al mismo tiempo que se le avalanzaba para darle un rasguño en la espalda al chico. Sangre se esparció en sus dedos y los lamió. Era aun una vampira joven, inexperta en el arte de la guerra.

El golpe enfureció a la bestia aun más. Lanzándose fuertemente contra ella, la tomó con sus grandes garras y rasgó gran parte de la ropa y piel de la chica, la única parte cubierta era su busto y su entrepierna, todo lo demás era como un lienzo de nieve ensangrentado. Las alas de la vampireza salieron de su espalda y golpearon al perro justo en la cara, haciendolo soltarla nuevamente. Tomando distancia, le lanzó una mirada hipnotica, el animal la observó de arriba a abajo, su figura era hermosa aun empapada de sangre, el instinto lo invadió. -"Siéntate!" -le ordenó, a lo que él obedeció, parecía que la seducción vampírica era suficiente para controlarlo. Bajó la guardia por un segundo. Algo que lamentaría pocos minutos después al ver al ansioso animal, embistiendola y sometiendola contra el piso.

Aethelwulf estaba perdido en sus instintos, se restregaba contra ella de una forma salvaje, -"Aleja tu cuerpo pulgoso del mío!"- exclamó dandole un fuerte rasguño en el pecho, el cual lo hizo entrar en estado de rabia otra vez. Éste la atacó con sus garras y dientes filosos. La chica gritó, sangre brotaba de las heridas de su piel, sangre que no era suya, sino de las victimas que había devorado con anterioridad. Cuando Wulf iba a dar el golpe final contra ella, su figura se volvieron sombras nuevamente, logrando así escapar arrastrandose por el  suelo de la foza, su energía era tan poca que esa habilidad se vio comprometida a medio camino y regresó a su forma humana quedando tirada de lado en el fondo del gran agujero que ahora sería su lecho de muerte. -"Por qué, Wulf..... Por qué?" -murmuró la chica con un tono de decepción, ella no lo creía capaz de volverse contra ella.

Todos estaban asombrados, aterrados, querían ayudar pero estaban completamente privados de sus funciones debido a los nativos que incluso habían realizado apuestas de a ver quien ganaba, si el chico lobo o la murciélago. Shea lloraba, Yantar observaba lleno de dolor, Erfin se cubría el rostro mirando por entre sus dedos y Elysian lo veía como un entretenimiento para su pueblo.

El hombre lobo escuchó la tenue voz de la vampira, sus oidos eran muy finos, esto lo hizo gruñir y se le acercó con las garras extendidas. Colocó a la chica boca arriba, alzó su brazo para acabar con la "no-vida" de su rival. -"Anda... mátame.... Te veré en la otra vida, Wulfy..."- musitó con dolor por tantas heridas y por la gran decepcion que sentía. El brazo calló rápidamente hacia el cuello de ella tratando de asfixiarla. Quejidos provenían de ella. El Nórdico abrió su boca mostrando los grandes colmillos caninos que ahora poseía y se lanzó hacia el vientre de la chica.... Era el fin.

Los ojos esmeralda se asomaron una vez más, con asombro y un leve gemido pudo ser escuchado el cual era emitido por la bestia al saborear la sangre del abdomen de la chica quien entrecerraba los ojos cada vez que éste  daba una lamida a su cuerpo. Él gran depredador lamió todas las heridas, con cautela y lentitud. Smarahdova sólo pudo sonrojarse al momento que esto sucedía.

El chico observó para arriba donde los demás se encontraban, como diciendo con la mirada: "Ayudenla o ustedes siguen malditos bastardos.". Yantar se ofreció a bajar pero Shea lo detuvo por obvias razones, él estaba herido y cansado aun, su energía no se encontraba estable. El Hada tampoco podía hacerse responsable de la vampira pues sus contrastes (luz y oscuridad) eran distintos, dolorosos para ambas. Elysian no estaba interesada, a lo que el restante fue Erfin. Al enterarse de que entraría a la fosa con el hombre lobo se le erizaron las orejas y la cola, era suicidio! El hombre lobo parecía más interesado en salvar la vida de la chica que de perseguir al gato y le gruño fuertemente. Erfin bajó con cautela, guardando su distancia, con un miedo terrible pero era necesario, se acercó hasta el cuerpo de la vampireza y le pidió que se transformara en murcielago para poder sacarla de ahí con cuidado, al haber hecho esto, el Demo-Gato se mordió un dedo y le comenzó a brotar sangre la cual sirvió para alimentar a la murciélago.

Una bola de pelos erizada fue lo que salió del agujero, temblaba de miedo, pobre Erfin pero era un héroe, al poco tiempo de salir cayó desmayado. Shea y Yantar se dedicaron a curar a la pequeña quiróptera, quien estaba gravemente herida.